Los Primeros Auxilios son muy importantes en cualquier ámbito, tanto personal como laboral. Por tanto, es necesario conocer los puntos básicos por si sucede alguna emergencia en nuestro entorno. El primer paso de los Primeros Auxilios es la evaluación inicial de la víctima. En este artículo te explicamos cómo realizarla paso a paso.
¿Qué es la evaluación inicial de la víctima?
La evaluación inicial de un accidentado se basa en realizar una valoración global de su estado, con el fin de identificar el alcance de sus lesiones y así establecer las prioridades de actuación y adoptar las medidas que sean necesarias en cada caso.
Pero la evaluación inicial es mucho más que una simple definición. Sigue leyendo y aprenderás más acerca de los Primeros Auxilios y sobre cómo realizar la evaluación inicial a un herido.
¿Qué son los Primeros Auxilios?
Los Primeros Auxilios son todas aquellas actuaciones y técnicas relacionadas con la atención inmediata que se le debe dar a una persona enferma, lesionada o accidentada en el mismo lugar de los acontecimientos, previo al traslado a un centro hospitalario.
Consisten básicamente en la primera ayuda, que es imprescindible y necesaria, y que tiene como objetivo aliviar el dolor, la ansiedad del herido y evitar el agravamiento de su estado.
Principios generales de los Primeros Auxilios
- Evaluar la situación antes de actuar
La primera fase de la asistencia es realizar una inspección del lugar del accidente identificando aquellos factores o situaciones que pueden empeorar la situación de los heridos e incluso de nosotros mismos. Se deben evitar más riesgos.
- Estar tranquilos y actuar con rapidez
Las emociones pueden afectar a nuestros actos, por lo que es importante mantener la calma para poder actuar de forma correcta. Pero además hay que tener en cuenta que el herido no puede esperar, así que hay que estar calmados pero rápidos para poder salvarle la vida.
- Examinar al herido
Se debe realizar una correcta evaluación del herido para conocer su estado de consciencia, respiración y pulso. Esto es imprescindible ya que influirá en las posteriores técnicas de primeros auxilios.
- Otros consejos generales
- Evitar aglomeraciones
- No mover a la persona herida si no es imprescindible
- No dar de comer, beber ni medicar al herido
- Tranquilizar al herido y mantenerlo caliente
- Abstenerse si no se sabe qué hacer con seguridad
¿Cómo realizar la evaluación inicial a un herido?
La evaluación inicial de un accidentado tiene como objetivo el reconocimiento de lesiones o situaciones peligrosas para la vida de este. Hay que tener claro que las maniobras que vayan a realizarse deben tener lugar en el mismo sitio del accidente, salvo que sea un lugar peligroso para ambos. Se trata de un proceso continuo debido a que hay que realizarlo periódicamente hasta que lleguen los servicios de emergencias.
Evaluación primaria
La evaluación primaria se basa en comprobar las constantes vitales del herido con el objetivo de detectar su presencia. Con esta primera valoración se identifican las posibles amenazas para el accidentado.
- Valorar el nivel de consciencia
Debemos observar al herido a medida que nos acercamos a él para poder descubrir algún gesto o movimiento. Al llegar a su altura, nos arrodillamos a la altura de su tronco, apoyamos las manos sobre sus hombros y los sacudimos ligeramente mientras le preguntamos si está bien y qué ha ocurrido.
- Abrir vías respiratorias
Debemos comprobar que el aire llegue a los pulmones. Es importante recordar que en una persona inconsciente la lengua puede caer hacia atrás, cerrar la entrada de la tráquea e impedir el paso del aire. Para conseguir abrir las vías respiratorias se suele realizar la maniobra frente-mentón, que consiste en empujar levemente con dos dedos la barbilla hacia arriba, mientras que la otra mano aprieta sobre la frente.
Aflojamos cualquier prenda que dificulte la respiración o la circulación sanguínea.
- Comprobar cuerpos extraños en la boca
Debemos comprobar si el herido presenta cuerpos extraños sólidos en la boca y si es así, se extraerán con el dedo índice en forma de gancho. Si presenta cuerpos extraños líquidos deben extraerse con los dedos envueltos en un pañuelo o algo similar.
- Comprobar la respiración
Una vez las vías respiratorias estén abiertas y limpias, comprobamos durante 10 segundos si el herido respira. Debemos ver, oír y sentir la respiración. Para ello acercamos nuestro oído a la boca y nariz del herido, ver si se mueve el tórax y el abdomen, oír el ruido de la respiración y sentir el aire de la persona en nuestra mejilla.
- Comprobar el pulso
Mientras mantenemos las vías respiratorias abiertas, debemos palpar el pulso durante otros 10 segundos. Colocamos la yema de dos dedos sobre una de las arterias carótidas.
Evaluación secundaria
La evaluación secundaria es el conjunto de exploraciones que se llevan a cabo después de haber asegurado las constantes vitales del herido. Debemos realizar una exploración detallada de cabeza a pies para determinar el alcance de las lesiones.
- Examen neurológico básico
Primero es necesario identificar el nivel de consciencia mediante la escala AVDN, donde A es cuando la persona se encuentra alerta, V donde presenta estímulos verbales, D presenta estímulos dolorosos y N no responde a estímulos externos.
Después del nivel de consciencia debemos establecer su orientación temporal-espacial preguntando al herido para comprobar si está orientado.
Una vez orientado, procedemos al estudio del sistema motor. En este estudio pedimos a la víctima que intente separar los dedos de sus manos y que intente apretar tu mano para verificar si ha perdido fuerza, además de pedirle que realice un movimiento de flexión y extensión de sus brazos y piernas.
Debemos comprobar también el tamaño de las pupilas, su simetría y su reacción a la luz.
- Respiración
Esta vez debemos comprobar la frecuencia respiratoria, es decir, el número de veces que la persona respira por minuto. Si respira entre 12 y 20 veces, lleva una respiración normal. Si es superior a 20, tiene taquipnea o respiración rápida. Y si es menor 12 tiene bradipnea o respiración lenta.
También debemos comprar el ritmo de la respiración, si es rítmica o irregular.
- Pulso
Lo más recomendado es medir el pulso en las arterias carótidas (cuello) o en la arteria radial (cara interna de las muñecas) ya que son las más accesibles. No se debe tomar el pulso con el pulgar, ya que se puede confundir con el pulso propio.
Se debe medir la frecuencia cardíaca, el número de latidos por minuto. Lo normal es que tenga entre 60 y 100 pulsaciones. Si tiene por encima de 100 tiene taquicardia, y si tiene por debajo de 60 tiene bradicardia.
También es necesario medir el ritmo y la amplitud de los latidos, para saber si son arrítmicos o débiles.
- Piel y mucosas
Se debe observar el color de la piel y las mucosas del herido para eliminar cualquier sospecha de palidez, enrojecimiento, cianosis o ictericia.
- Temperatura corporal
Debemos medir el grado de calor del cuerpo. Se suele utilizar un termómetro digital o de mercurio. Se puede medir por vía oral, axilar o rectal. En condiciones normales la temperatura corporal suele estar entre 36 y 37,5 ºC. Si se encuentra por encima de este rango, es hipertemia. Si es por debajo, tiene hipotermia.
- Exploración de la cabeza, cara y cuello
Esta exploración sirve para identificar posibles heridas en el cuero cabelludo, áreas deprimibles en el cráneo, sangrado por nariz u oído, lesiones en los ojos o fractura nasal o maxilar. El cuello se debe tratar con mucho cuidado. Si es necesario mover la víctima, se tiene que mantener el eje cabeza-cuello-tronco como si fuera un bloque rígido. Valorar el pulso carotídeo y aflojar las prendas de ropa ajustadas.
- Exploración del tórax
En el tórax se deben buscar posibles lesiones traumáticas, o dolor torácico a nivel de costillas o esternón.
- Exploración del abdomen
Búsqueda de heridas, contusiones, dolor a la palpación o signos de hemorragia interna.
- Exploración de la pelvis
Comprobación de posible fractura de pelvis mediante compresión suave hacia abajo y hacia adentro.
- Exploración de las extremidades
Realizar en las extremidades la misma comprobación de hemorragias, heridas, contusiones, puntos dolorosos o deformaciones. Hay que mover lo mínimo posible, comparar ambos miembros y explorar la sensibilidad y el movimiento para descartar lesión de la médula espinal.
- Espalda
Se ha de sospechar posibles fracturas vertebrales y/o lesiones medulares en función del mecanismo del accidente.
- Valoración de antecedentes
Si el herido está consciente debe preguntarse qué ha ocurrido, qué patologías previas tiene, su última ingesta de alimentos, alergias a medicamentos y medicación actual. Estos datos son de gran utilidad para el siguiente paso del proceso. Si se puede, anótalos por escrito para comunicárselo posteriormente al personal sanitario.
Además de los aspectos ya mencionados, se deben buscar indicativos de carácter médico, como tarjetas de información, brazaletes o collares de alerta médica que puedan informar de si la víctima es diabética, si es alérgica a algún medicamento, si es hemofílica, etc.
En este vídeo puedes ver una explicación sencilla de la evaluación inicial.
¿Cuál es el origen de los Primeros Auxilios?
La primera reanimación realizada con éxito data del año 896 a.C. y la técnica del boca-boca se describe ya en los jeroglíficos mayas, por lo que los Primeros Auxilios no son tan actuales.
El 24 de junio de 1859, un joven de Ginebra dedicado a los negocios llamado Henry Dunant fue testigo del sufrimiento y la agonía tras la batalla de Solferino. Este hombre organizó a su pueblo para atender a los soldados heridos, independientemente del bando al que pertenecieran.
Este acto inspiró la creación de organizaciones de socorro nacionales y voluntarias para ayudar a los soldados heridos en los campos de batalla. Cuatro años después se fundó una organización que llegaría a ser la red voluntaria y humanitaria más grande del mundo: Movimiento Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Los Primeros Auxilios pasaron a ser uno de los servicios principales que los voluntarios de estas organizaciones prestan a todos aquellos que lo necesiten en cualquier parte del mundo, lo que ha contribuido a salvar millones de vidas. Actualmente esta ayuda no se limita a escenarios de guerra.
Intervenir de inmediato y aplicar las técnicas apropiadas mientras llega la ayuda profesional puede reducir considerablemente las heridas e incluso las muertes. Debido a esto, es importante que el mayor número de personas posible estén formados en Primeros Auxilios e incluso deba de instruirse en los colegios.
¿Qué es la conducta PAS?
La conducta PAS se base en tres pasos básicos:
- Proteger el lugar de los hechos
Se debe proteger al accidentado y al propio salvador. Es necesario alejar el peligro para no provocar más accidentes o no empeorar la situación del herido.
- Avisar a los servicios de socorro
Se debe avisar a las autoridades sanitarias del lugar y tipo de accidente, y del número y situación de los heridos.
- Socorrer
Una vez realizados los dos primeros pasos, ya se procede a socorrer a los heridos poniendo en práctica nuestros conocimientos en Primeros Auxilios.
¿Qué es la RCP y cómo realizarla?
La técnica RCP consiste en la Reanimación Cardiopulmonar. La Asociación Estadounidense del Corazón utiliza las letras C-A-B para ayudar a recordar los pasos de esta técnica: compresiones (compressions), vía respiratoria (airway) y respiración (breathing).
- Compresiones
El primer paso para realizar las compresiones es acostar a la persona de espalda sobre una superficie firme. Arrodíllate junto al cuello y hombros de la persona, y coloca la base de la palma de una de las manos sobre el centro de su pecho. Mantén los codos estirados y coloca los hombros directamente encima de tus manos. Con el peso, no solo de tus brazos sino de toda la parte superior de tu cuerpo, comprime el pecho al menos unos 5 centímetros con firmeza a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto. Continúa realizando compresiones hasta que haya señales de movimiento o hasta que llegue el personal médico si no tienes formación, o procede a abrir las vías respiratorias si estás capacitado.
- Vías respiratorias
Como ya hemos mencionado, debes tener formación en reanimación cardiopulmonar para realizar este paso. Si ya se han realizado 30 compresiones, procede a abrir las vías respiratorias de la persona inclinándole la cabeza y levantando el mentón. Coloca la palma de tu mano sobre su frente e inclina la cabeza hacia atrás, mientras con la otra mano levantas el mentón hacia delante.
En el siguiente vídeo puedes aprender de forma más visual la maniobra frente-mentón.
- Respiración
La respiración de rescate puede ser de dos formas: boca a boca o boca a nariz si la boca está lesionada o no se puede abrir. Con las vías respiratorias abiertas, aprieta las fosas nasales para la respiración boca a boca y cubre la boca de la persona con la tuya. Realiza dos respiraciones de rescate. Tras la primera respiración debes observar si se eleva el pecho. Si lo hace, proporciona la segunda respiración. Si no, repite la maniobra de abertura de las vías respiratorias antes de proporcionar la segunda. Después de dos respiraciones, vuelve a dar 30 compresiones en el pecho.
Si consigues un desfibrilador, aplícalo y sigue las instrucciones. Administra una descarga y reanuda la reanimación cardiopulmonar. Continúa con la reanimación hasta que haya señales de movimiento o hasta que llegue el personal médico de emergencias.
Puedes aprender a realizar la RCP en adultos con este vídeo.
La técnica de reanimación cardiopulmonar para niños es la misma que para un adulto, aunque tiene algunas modificaciones. Si el niño es pequeño, realiza las compresiones con una mano en vez de con las dos, o en el caso de los bebés, utiliza solo dos dedos. Si vas a utilizar un desfibrilador, asegúrate de que usas las almohadillas pediátricas, aunque si no dispones de ellas, puedes utilizar las de adulto. Si se trata de un bebé, en la respiración de rescate, cubre con tu boca su boca y nariz.
Si quieres saber cómo realizar la RCP a niños mayores de un año, puedes aprender aquí, o en el caso de lactantes aquí.
¿Qué es el DEA?
El DEA son las siglas de desfibrilador externo automático y este consiste en un dispositivo electrónico que es capaz de examinar el ritmo cardíaco y así determinar si es preciso proporcionar una descarga a una persona con paro cardíaco.
Cuando haya un DEA, se debe continuar con compresiones de pecho y demás tareas de reanimación mientras una persona lo activa y fija las almohadillas adhesivas. Si el desfibrilador indica “se recomienda choque/descarga” debe presionar el botón para cargar y mantenerse alejado del herido. A continuación, presionar el botón de descarga cuando la luz esté encendida.
Aunque los DEA están hechos para personas adultas, existen unas almohadillas pediátricas que modifican el nivel de energía utilizado. Estas almohadillas están diseñadas para niños menores de 8 años. Para mayores de 8 años, se pueden usar las almohadillas para adultos.
Puedes aprender más sobre el DEA y cómo utilizarlo con este vídeo.
¿Cómo enseñar Primeros Auxilios a los niños?
Aunque enseñar Primeros Auxilios a los niños puede parecer una tarea complicada, si se plantea bien puede ser sencillo e incluso divertido.
Los puntos más importantes que se deben enseñar son:
- Llamar a un adulto
Es importante preparar a los niños antes de que ocurra una emergencia. Para ello, es necesario que sepan a qué número de teléfono deben llamar y los pasos que deben seguir. Debes enseñarle a marcar el número de emergencias, indicar su nombre completo, la dirección de su casa y dar una breve descripción de la emergencia.
- Enseñar a conservar la calma
Otro punto importante es enseñarles cómo mantener la calma en una situación de emergencia. La forma más recomendable de enseñarles es mediante juegos que les diviertan y les llamen la atención, para así cuando llegue el momento se acuerden de lo que han aprendido. Hay que explicarles qué es una emergencia y qué situaciones se consideran como tal poniendo ejemplos concretos.
- Enseñar a alejarse del peligro
Los niños, especialmente los más pequeños, son muy curiosos e incluso valientes, lo que aumenta las posibilidades de sufrir accidentes por querer aprender demasiado del ambiente que les rodea.
Para evitar esos accidentes debes enseñarles cuáles serán las consecuencias y hacerles conscientes de lo que puede suceder. No debes evitar que experimenten, ya que es la mejor forma de que aprendan, pero debes enseñarles unos límites para que no les pase nada grave.
- Enseñar técnicas de Primeros Auxilios
Conocer algunos procedimientos más avanzados puede ser de utilidad en las situaciones de emergencia. Por ejemplo, es importante que sepan que cuando se hacen una herida, deben limpiarla con agua, y si se inflama deben colocarse algo frío.
Enseñarles la maniobra de Heimlich puede ayudar si algún amigo se atraganta. Tanto la maniobra de Heimlich como la RCP puede ser enseñada con peluches de tamaño considerable simulando ser una persona herida.
Aquí tienes un ejemplo de cómo explicar Primeros Auxilios a los más pequeños.
¿Qué son los Primeros Auxilios Psicológicos?
Los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) se basan en una intervención inmediata y breve que se debe aplicar en un momento de crisis con el objetivo de ayudar a afrontar un evento traumático, evitando ciertas secuelas. Tienen como fin reducir el estrés inicial y promover las habilidades de afrontación y funcionamiento adaptativo.
Los PAP se deben aplicar desde el momento del evento hasta 72 horas después, aplicándose entre la fase de shock y el período de adaptación. Es de suma importancia encontrar un sitio tranquilo, alejado de la exposición a aquello que tenga que ver con el evento traumático, con una temperatura agradable, víveres y asistencia profesional, aunque no siempre es posible.
Se pueden aplicar tanto en emergencias masivas, como terremotos o atentados, como en emergencias cotidianas, como accidentes automovilísticos. En las emergencias masivas suelen ubicarse en centros de reagrupación o en el propio lugar del impacto, mientras que en emergencias cotidianas el entorno será donde acontezca la emergencia, es decir, en el hospital o en la propia casa.
Fases de los Primeros Auxilios Psicológicos:
- Presentación: iniciación del contacto con la persona o personas afectadas de forma calmada. Presentarnos y explicar el motivo del acercamiento.
- Alivio y protección: las personas afectadas deben saber que el profesional va a satisfacer sus necesidades básicas como son su seguridad física y emocional, proporcionarles agua y comida o indicarles los puntos de socorro.
- Contención emocional: se debe calmar y orientar a los afectados y estabilizar sus niveles de activación.
- Recogida de información: no debemos interrogar a los afectados, sino preguntarles si necesitan algo y cuáles son sus preocupaciones, para así darles asistencia práctica.
- Ofrecer información exacta y oportuna: se debe informar de forma precisa con honestidad y confianza, sin prometer nada que no podamos cumplir.
- Asistencia práctica: ofrecer asistencia e información práctica para ayudar a enfrentar sus preocupaciones y aliviar su ansiedad.
- Dar pautas de afrontamiento: apoyar a los afectados en la afrontación adaptativa de la crisis les ayuda a tomar un rol activo en su recuperación. Se deben dar herramientas sobre cómo gestionar y normalizar las reacciones psicológicas tras el incidente.
- Conexión con la red de apoyo y recursos asistenciales: se debe facilitar el contacto de los afectados con sus redes de apoyo sociales y con los recursos de ayuda comunitarios.
¿Cómo han cambiado los Primeros Auxilios con el Covid-19?
Actualmente, con el Covid-19, existe un riesgo de infección al realizar la Reanimación Cardio Pulmonar (RCP), aunque ese riesgo es pequeño en comparación con la inevitabilidad de que muera una persona por no brindarle asistencia en un paro cardíaco.
En el 2015, el ERC (European Resuscitation Council), en sus recomendaciones de Soporte Vital Básico, dejaba al reanimador elegir si realizar insuflaciones o solo compresiones torácicas.
Frente a la pandemia actual, se deben extremar las precauciones y la seguridad personal, ya que durante las maniobras de resucitación existe riesgo de infección cruzada. Debido a esto, el ERC ha publicado una guía de SVB en abril de 2020 indicando ciertas adaptaciones temporales, sobre todo para los reanimadores no formados:
- Para identificar si el herido respira, no escuchar ni sentir la respiración colocando la oreja y la mejilla cerca de la boca de este.
- Llamar al 112 utilizando el manos libres y seguir las instrucciones dadas.
- Si hay riesgo de infección, se debe colocar un paño sobre las vías respiratorias del herido y si hay acceso a mascarillas u otros EPIS, deben usarse.
- Realizar la RCP únicamente mediante compresiones torácicas.
- Si hay un DEA a mano, realizar una desfibrilación hasta que llegue emergencias.
- Después de realizar RCP, lavarse las manos con agua y jabón, o con gel a base de alcohol.
Se deben conocer los riesgos potenciales y las medidas de protección necesarias. La decisión sobre el método de intervención es individual, pero sin poner en peligro a una tercera persona. Se debe equipar al personal de PA con los EPIS necesarios y con formación específica para poder realizar sus funciones con seguridad.
Debido a la pandemia es necesario realizar varias adaptaciones, pero los primeros auxilios siguen siendo indispensables para salvar vidas.