Formación en Prevención de Riesgos Laborales. Encofrados: Introducción

De Construmatica

LogoFLC.PNG Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Fundación Laboral de la Construcción en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación 2º ciclo de formación en prevención del IV CGSC: encofrados disponible en el sitio web Fundación Laboral de la Construcción

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Introducción

El empleo del hormigón armado para construir cimentaciones y estructuras supuso un salto tecnológico en la construcción a finales del siglo XIX, aunque su uso no se generalizó hasta el siglo XX.

Actualmente, el hormigón es un material ampliamente utilizado y difundido por varías razones, entre las que destaca su moldeabilidad recién amasado. Esta característica permite obtener formas que con otros materiales serían imposibles o muy costosas.

No obstante, para que el hormigón alcance, después de su fraguado, las propiedades físicas y las características geométricas requeridas debe ser colocado en unos moldes. Estos moldes, que permiten ejecutar los distintos elementos constructivos de hormigón según las formas deseadas, se conocen con el nombre de encofrados.

El encofrado es el molde empleado en la ejecución de los diferentes elementos que configuran las estructuras de hormigón.

Consecuentemente, los trabajos de instalación de los encofrados se realizan de forma previa a la colocación de la ferralla y al vertido del hormigón y constituyen una de las fases iniciales de la obra cuyo fin último es ejecutar la estructura del edificio.


Concretamente, las funciones principales del encofrado son:

  • Servir de molde para conseguir las formas proyectadas.
  • Evitar la pérdida del agua contenida en el hormigón con el fin de garantizar que el proceso de fraguado se produce en las condiciones adecuadas.
  • Asegurar la correcta colocación de los redondos, mediante la ubicación de separadores, de modo que exista entre éstos y la cara interior del encofrado una distancia que garantice que el acero queda suficientemente recubierto después del vertido del hormigón.

De este modo, la armadura del hormigón queda protegida de las agresiones ambientales, del agua y de otros materiales que pueden dañar el acero.

  • Servir de soporte al elemento estructural, al que da forma, hasta que el hormigón alcance la resistencia requerida.

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