Montaje, Dirección e Inspección de Andamios Apoyados. Montaje: Seguridad Ante Todo
De Construmatica
Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Fundación Laboral de la Construcción en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido pertenece a la publicación Encargado de Obra: Calidad y Medio Ambiente disponible en el sitio web Fundación Laboral de la Construcción
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La seguridad ante todo
En nuestra vida cotidiana estamos rodeados de riesgos. Volver a casa todos los días, o no sufrir ningún percance, no es siempre debido a la suerte ni a la casualidad. Más bien depende, generalmente, de una actitud de cuidado y respeto a la vida: a la propia y a la ajena.
Hay personas que tienen esta actitud de respeto a los riesgos que nos rodean. No tiene nada que ver con lo aprendido en los colegios, ni con la cantidad de títulos académicos. Es un modo de enfrentar la vida. A estas personas se les debe pedir que no cambien.
Lo cierto es que esta forma de respeto hacia la seguridad no está generalizada. Por tanto, debemos trabajar individualmente y en grupo para conseguir que las personas trabajen y vivan con una actitud positiva en este ámbito.
En principio, hemos de admitir que estamos rodeados de riesgos en casi todas partes. Pero cuando realizamos actividades en una obra esos riesgos crecen de manera desorbitada. Por ello, se debe tener más cuidado si cabe.
El peligro en la obra será elevado hasta que entre todos no provoquemos un cambio cultural que conlleve una modificación en la actitud y nos proporcione un espacio donde desplegar nuestra vida laboral, en un ambiente de sano compañerismo y con riesgos mínimos. Depende de todos y cuanto antes empecemos a cambiar mucho mejor.
Trabajar de manera segura depende de todos.
Normalmente, se acepta la peligrosidad intrínseca del sector de la construcción y se consideran naturales los riesgos que se derivan del perfil profesional de montador de andamios.
Un ejemplo de esta aceptación y falta de preocupación por mantener los niveles mínimos de seguridad son las siguientes frases, que se repiten por los trabajadores con excesiva frecuencia:
Ejemplo: Se tarda más tiempo en preparar un medio seguro que el que lleva el trabajo en sí...
Aparentamos mientras está el de seguridad cerca, porque si tuviéramos que trabajar siempre así, no haríamos nada...
¿Pero qué quieres, que estemos a 20 metros de altura como si nos encontrásemos en el salón de casa? ¡Eso no es posible!
Estas frases son argumentos muy usuales que justifican la no utilización de los medios que minimizan los riesgos. Además, son inmensamente dañinas porque anulan cualquier intento de cambio de actitud en los trabajadores.
Cuando un trabajador experimentado lanza estos mensajes negativos a un nuevo trabajador, no está dando sólo su opinión sobre el estado actual; está predisponiendo al novato a repetir sus mismos errores y a asumir la situación sin esperanza de evolución.
Por otra parte, el empresario también tiene sus obligaciones respecto al trabajador y su seguridad.
El empresario tiene obligaciones con respecto a la seguridad de sus trabajadores.
El empresario debe entregar los medios materiales adecuados para el trabajo y para la protección colectiva e individual del trabajador; debe formar y velar por la seguridad en todo momento.
Estas obligaciones traen aparejadas un coste económico para el empresario, pero no se puede comparar con la obligación de permitir y facilitar que los trabajadores realicen su trabajo en las mejores condiciones de seguridad, tal como se estable por ley.
Ejemplo: Cuando ocurre un accidente grave, el empresario puede tener serias penalizaciones económicas y jurídicas. Ello le supondrá, evidentemente, muchos conflictos, complicaciones e inquietudes. Pero lo peor de todo son las repercusiones físicas y psíquicas sobre el accidentado, que pueden derivar hasta en la muerte.
Analizando lo anterior, ¿quién es el mayor perjudicado en un accidente? Sin dudarlo: el trabajador.
En un accidente el mayor perjudicado es el trabajador implicado.
Y si es obvio que el trabajador es el mayor perjudicado, ¿por qué él mismo no provoca las modificaciones? El trabajador tendría que ser el mayor interesado en cambiar y asegurar que en el trabajo se minimicen los riesgos.
Es preciso fomentar este cambio de actitud en los trabajadores, que son los más implicados y beneficiados.
Al trabajador escéptico le pedimos: REFLEXIONA SOBRE UN CAMBIO DE ACTITUD
Al trabajador nuevo le pedimos: INICIATE CON ACTITUDES POSITIVAS
Muchas veces se confunde el concepto de trabajador eficiente. Para unos es aquel que cumple los objetivos a la mayor brevedad. Pero esta idea no es correcta. Un trabajador eficiente es el que, además de cumplir los objetivos, realiza el trabajo encargado con unos niveles altos de calidad y seguridad.
Un trabajador eficiente es el que realiza el trabajo que le han encargado con unos niveles altos de calidad y seguridad.
Para recapitular la información de este punto, presentamos el siguiente decálogo, que muestra los principios que se deben cumplir en el trabajo para minimizar los riesgos que entraña.
DECÁLOGO DE SEGURIDAD
1. Actuar de forma segura en todas las actividades de la vida debe convertirse en un hábito.
2. No te arriesgues. Evita los riesgos reduciéndolos al mínimo.
3. Presta atención al trabajo que realizas. La prisa es el mejor aliado del accidente.
4. Sigue las instrucciones y cumple las normas. Si no las conoces pregunta. No improvises.
5. Infórmate y fórmate en materia de prevención de riesgos laborales.
6. Avisa de cualquier anomalía a tus superiores.
7. Ningún accidente ocurre por casualidad. Todos pueden evitarse.
8. La seguridad y la salud es tarea de todos. Tu participación es imprescindible.
9. Tu trabajo es importante. Disfruta de la tarea bien hecha. 10. Con la prevención de riesgos laborales el que gana eres tú.