La Construcción de un Abrigo

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La Construcción de un Abrigo


El hombre solo, en la Tierra, bajo el cielo, busca una protección.


La historia de la Humanidad también puede explicarse como


El afán de construirse un abrigo, un paraguas, una cubierta.


Pero si esta cubierta es plana, inevitablemente, las razones serán más amplias.


Preguntémonos, pues, por sus razones siguiendo aquella advertencia heideggeriana:


Sólo si somos capaces de habitar podemos construir.


Ante la Falta de un Suelo Propio

En las sociedades preindustriales la azotea siempre abraza una multitud de usos.

Ante la ausencia de espacio propio (ciudades densas o fortificadas, poblados sobre vertientes abruptas de las montañas...):

surge la azotea como aquella estancia al aire libre que sirve para :

  • secar el grano,
  • tender la colada,
  • dormir durante las noches calurosas,
  • celebrar bodas o trillar la mies.

Asimismo, la sociedad la incorpora en su universo simbólico:

leyendas, rituales y canciones acompañan el paso de la vida sobre la azotea.

«¡Iggig1!» «¡Iggig!» ¡tu puedes bramar!
Fijo la mirada hacia el muro, es verdad,
Pero no esconderé jamás mi rostro.
Gracias a Dios y a la baraka de mi molino2
No tardarás a callarte.
Para enfriar el fuego de las nubes
He derramado agua sobre el umbral
Y he depositado manteca sobre el dintel de la puerta3.
¡Y tú, alheña! ¡sobre la cabeza de los niños',
De las mujeres, las niñas y las ovejas!
¡Y tú, alheña! ¡conjura el fuego del cielo!
Sobre el terrado, vela la negra «guedra4».
¡Brilla, relámpago! ¡Brama, trueno!
¡Pero que el arado de fuego no nos alcance,
Y que el granizo evite nuestros campos pequeños!
¡Oh Dios! ¡protégenos del fuego del cielo!.

Canción del valle de la Tassaout (Marruecos) Mririda n’Aït Attik:

"Les Chants de la Tassaout" . (Traducidos del dialecto Tachelhaït).

Casablanca, 1986.

Notas

1. Iggig, el trueno.
2. Para engañar su espanto, durante la tormenta, las mujeres hacen girar el molino a mano de la casa. Pretenden así que el ruido del molino que recuerda al del trueno aleje el rayo.
3. Son ritos preislámicos aún respetados.
4. Los Chleuhs creen que las marmitas viejas de tierra con el fondo ennegrecido, colocadas en los ángulos de los terrados, protegen del rayo.

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