Protección Acústica
La Protección Acústica protege a los ocupantes de un edificio contra los llamados ruidos aéreos que se originan en el exterior o en los locales vecinos; también los ruidos producidos por efecto de choque, en general sobre techos o cubiertas (pasos e impactos por caída de objetos), y del equipo del edificio (cierre de puertas, ventanas, vibraciones y sonidos de instalaciones en general).
Para efectuar un control sobre los ruidos, se actúa directamente sobre las fuentes que lo generan; efectuando aislaciones de locales y espacios donde se producen los ruidos; sobre su transmisión desde el exterior y desde el interior de los edificios y sobre el aislamiento del local que se necesita proteger.
Tener en Cuenta
Debemos tener en cuenta que existen ciertas características generales de los materiales que a veces pueden dar lugar a confusión, aclaremos:
- Por lo general un cuerpo vacío o con huecos posee buen aislamiento térmico, pero no acústico. Por ejemplo, una pared de ladrillo hueco es mejor aislante térmico que una maciza del mismo espesor, pero no es buena aislante acústica.
- Existen aberturas protegidas con vidrio doble y cámara de aire intermedia; puede ser buena aislación térmica y quizás acústica, pero la cámara de aire puede generar resonancia en ciertas frecuencias, disminuyendo la aislación acústica y produciendo el efecto tambor.
- A veces un aislamiento térmico puede disminuir el aislamiento acústico.
Por ejemplo, con un revestimineto a base de fibra de vidrio y revoque, se puede producir resonancia.
- Las paredes revestidas con materiales absorbentes en una de sus caras como por ejemplo, la fibra de vidrio o la espuma de poliuretano, mejoran el aislamiento térmico pero no producen ningún cambio favorable para la transmisión acústica.
- No confundir aislamiento acústico de un local con control de reverberación.
Si se cubren las paredes con un material absorbente, se reduce la reverberación en el interior, pero no la transparencia acústica del mismo. Lo único positivo en este tratamiento es que se reduce el nivel de ruido propio del local y el ruido que se transmite al vecino.
- Para que la aislación sea efectiva debe cuidarse la continuidad del elemento aislante.
No sirve de mucho incrementar el grosor de una pared si una porción de la misma se deja en las condiciones iniciales. También deben observarse la existencia de fisuras, agrietamientos o pequeñas aberturas que hacen que la aislación en otros lugares resulte inútil, pues pequeñas cantidades de energía producen comparativamente altos niveles de sensación.
- Para toda aislación acústica, considerar los niveles relativos, con ruido de fondo existente en el local donde se percibe el ruido; los niveles de ruido externo del mismo rango, no resultan molestos.
Los sentidos humanos se habitúan y dejan de percibir ruidos de fondo contínuos si su nivel no es muy fuerte, aunque, a largo plazo, la emisión constante de estos ruidos provoca molestias psicológicas inconscientes, o pérdida de capacidad de discriminación auditiva u otros inconvenientes de salud.
Condiciones de Protección Acústica
Indicamos a continuación las condiciones de protección acústica en las soluciones constructivas más habituales.
Para ello partimos de la relación entre la energía acústica que influye en el paramento y la que lo atraviesa.
Este índice de aislamiento nos da solo las características del muro en cuanto a sus propiedades aislantes, pero no mide la diferencia de niveles entre los dos locales separados ya que existen otros factores que intervienen.
Soluciones adoptadas para: