Eliminación de Residuos con Amianto


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Introducción

En relación con el transporte y la eliminación de los residuos, el artículo 6 de la Directiva sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto (83/477/CEE, modificada en último lugar por la Directiva 2003/18/CE) establece lo siguiente: [...] la exposición de los trabajadores al polvo procedente del amianto o de materiales que lo contengan en el lugar de trabajo debe quedar reducida al mínimo [...] por medio de las medidas siguientes:

  • el amianto o los materiales de los que se desprenda polvo de amianto o que contengan amianto deberán ser almacenados y transportados en embalajes cerrados apropiados;
  • los desechos deberán agruparse y transportarse fuera del lugar de trabajo lo antes posible en embalajes cerrados apropiados y con etiquetas que indiquen que contienen amianto [...] Posteriormente, esos desechos deberán ser tratados con arreglo a la Directiva 91/689/CEE del Consejo, de 12 de diciembre de 1991, relativa a los residuos peligrosos.

Conforme a la directiva marco sobre residuos, los Estados miembros de la UE deben fomentar la prevención o la reducción de los residuos y de su nocividad mediante la aplicación de tecnologías limpias, la mejora técnica de los productos y el desarrollo de técnicas adecuadas de eliminación, y prohibir, además, su vertido incontrolado. Por otra parte, en cooperación con otros Estados miembros, deben adoptar las medidas apropiadas para crear una red adecuada de instalaciones de eliminación, teniendo en cuenta las mejores tecnologías disponibles que no impliquen costes excesivos.

Aspectos Específicos

Con arreglo a lo dispuesto en la Directiva 1983/478/CEE, de 19 de septiembre de 1983, los residuos envasados que contengan amianto deberán etiquetarse como residuos que contienen amianto.

Una vez que los residuos envasados se hayan depositado en la obra en un lugar de almacenamiento seguro (por ejemplo, un contenedor que pueda cerrarse herméticamente), habrán de transportarse con seguridad a un vertedero autorizado. El transporte debe organizarse de conformidad con los reglamentos nacionales sobre el transporte de mercancías peligrosas, que pueden incluir requisitos relativos a la protección de la carga, la identificación del vehículo, el consentimiento previo por escrito del vertedero autorizado, los procedimientos de emergencia para hacer frente a posibles derramamientos (por ejemplo, de residuos envueltos dentro del contenedor), la formación del conductor o el requisito de contar con un asesor competente en materia de transporte de mercancías peligrosas. Actualmente en la UE el amianto se deposita en vertederos o plantas de vitrificación. En algunos Estados miembros, pueden utilizarse minas subterráneas para el vertido de residuos de amianto.

Vertederos controlados/vertederos en minas:

Los residuos de amianto se entierran en estos vertederos. Los registros (conservados por el vertedero) permiten determinar los movimientos del material, desde su lugar de procedencia hasta el lugar en el que se encuentra en el vertedero. En algunos Estados miembros los residuos se sellan, por ejemplo, con hormigón.

Periódicamente, debe efectuarse una evaluación del riesgo de exposición probable de los operarios del vertedero que se ocupan de transportar o enterrar las bolsas de residuos, los cuales deben someterse a muestreos individuales. Los empleados deben protegerse contra el riesgo de exposición (provocada, por ejemplo, por la rotura de las bolsas o los embalajes de los residuos durante su transporte o enterramiento) mediante la utilización de equipos de protección adecuados (por ejemplo, filtros de partículas de alta eficacia en el aire acondicionado de las cabinas de los vehículos y uso de equipos de protección respiratoria aptos para amianto y ropa protectora, así como vestuarios o instalaciones de descontaminación).

Vitrificación:

La vitrificación se lleva a cabo en plantas de transformación en las que los residuos de amianto son tratados a altas temperaturas, permitiendo así, mediante su alteración química, la conversión de los residuos en un producto final inerte vitrificado que puede utilizarse como conglomerado para la construcción de carreteras y en otras aplicaciones. Se considera que, mediante este proceso, el riesgo de exposición queda completamente eliminado del producto final. Sin embargo, en el proceso de la vitrificación se consume mucha más energía que en otros procesos.

Registro del Transporte

La Directiva 84/631/CEE establece la obligación de utilizar un documento de seguimiento detallado en el que se consignen el origen y la composición de los residuos, el trayecto previsto para su transporte, las medidas cuya adopción se contemple para garantizar la seguridad del transporte y la existencia de un acuerdo formal con el destinatario de los residuos.

Qué Debe Hacerse

Si usted emplea a personas cuyo trabajo entrañe el tratamiento de residuos que contengan amianto, debe:

  • elaborar una evaluación del riesgo (tal como se indica en el capítulo 5) para evaluar su exposición probable y la posible exposición del resto del personal;
  • facilitar instrucciones por escrito sobre métodos de trabajo que minimicen la exposición de los trabajadores al amianto presente en el aire;
  • seguir las mejores prácticas (expuestas en la presente guía);
  • asegurarse de que los trabajadores reciban formación e información adecuadas sobre los riesgos;
  • organizar un control adecuado de las concentraciones de fibras de amianto en el aire para determinar la exposición de los operarios y terceras personas;
  • conservar registros del amianto desechado (por ejemplo, sobre la ubicación de los lotes de residuos en los vertederos);
  • asegurarse de que los operarios dispongan de equipos de protección personal adecuados (por ejemplo, equipos de protección respiratoria y trajes, siempre que así lo recomienden los resultados de la evaluación del riesgo) y de que los utilicen correctamente;
  • cumplir los reglamentos nacionales relativos a los trabajos con amianto.

Si su trabajo entraña la manipulación de residuos que contengan amianto, debe:

  • de acuerdo con la formación que ha recibido, ser consciente de los riesgos derivados de la exposición al amianto;
  • comprender la importancia de mantener la exposición tan baja como sea posible;
  • seguir al pie de la letra las instrucciones escritas sobre cómo minimizar el riesgo de exposición al amianto, y
  • seguir las mejores prácticas, tal como se aconseja en la presente guía, en los trabajos con amianto.

Si es usted inspector de trabajo, debe:

  • cerciorarse de que la evaluación del riesgo es adecuada;
  • asegurarse de que los métodos de trabajo de que se dispone por escrito son adecuados para prevenir o minimizar el riesgo de exposición al amianto;
  • comprobar que se dispone de registros de los resultados de los controles de la exposición de los trabajadores al amianto;
  • verificar el cumplimiento de los reglamentos nacionales sobre estas cuestiones.

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