Revestimientos Continuos. Reparación, Sustitución y Mejora
De Construmatica
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Se exponen aquí los criterios de intervención habituales en los diferentes tipos de revestimientos continuos:
Revocos
Los criterios de intervención habituales en revocos consisten en: sanear todas las partes desprendidas o ahuecadas, rehacer el revestimiento con mortero similar al original y prestar atención a la textura final en función de la granulometría del árido y del tratamiento superficial. Conviene aprovechar las ventajas de colocar redes o tejidos de fibra sintética en el interior de la masa o grosor del revestimiento para homogeneizar puntos conflictivos y ligar tramos problemáticos.
Cerciorarse que estos tejidos no reaccionen químicamente con los componentes del aglomerante. En caso de utilizar cemento como aglomerante es recomendable del tipo SR (resistente a los sulfatos) así como evitar usar áridos calcáreos.
Estucos
Los criterios de intervención en el caso de estucos no son fáciles: si se han de reproducir elementos desprendidos o erosionados, es preciso confeccionar una plantilla de la muestra existente para replantearla sobre el paramento.
Una vez elaborada la muestra, debe reproducirse con un estuco similar (difícil, ya que son manos diferentes y materiales también diferentes), aunque conseguir colores y texturas similares es complicado. Es por esta razón que normalmente quedan dos paños de pared que se ven algo diferentes: el original y el rehecho. En estos casos, y a pesar de ser una solución poco ortodoxa, se puede plantear lo siguiente:
- Acabar la totalidad del paramento con una pintura al silicato (si bien tampoco se consigue que queden iguales).
Esta pintura funciona por mineralización, es decir, se combina químicamente con la base, cristalizando y colorando, pero como esta base tiene una edad diferente, las proporciones de material también pueden ser algo diferentes, de modo que la tonalidad final varía en función de estos diferentes soportes.
- Acabar la totalidad del paramento con una pintura al silicato muy rebajada, o diluida para igualarlo.
Es lo que denominamos veladura, es decir, que se aplica una capa para modificar las diferentes fuerzas de la coloración. Se trata de una opción fundamentalmente estética. ya que la pintura rebajada disminuye los diversos contenidos de componentes básicos y, entre otras efectos, puede perder adherencia y durabilidad.
- Acabar la totalidad del paramento con una pintura de pliolite.
Se trata de la opción más contundente, pues acaba con los problemas de cambios de color, ya que la fachada tendrá un aspecto uniforme y nuevo. El aspecto que prima es directamente el de la pintura de aportación.
A pesar de todas estas consideraciones, cuando se actúa según los criterios anteriores, los costes son muy elevados y, como se ha mencionado, los resultados, cuando hay diversos fragmentos, son difíciles de igualar. Es por ello que, a fin de ser lo más realistas posible se puede proponer (si el estuco extendido está muy deteriorado y es de una textura lisa) un repicado general y sustituir todo el revestimiento por un revoco de mortero de cal con un tratamiento superficial, y pintado con silicato o pliolite.
Monocapa
En el caso de los revestimientos monocapa la aplicación casi no difiere de las operaciones con mortero tradicional.
En primer lugar se debe sanear totalmente la superficie del paramento y proceder a su limpieza, sobre todo de polvo, para después aplicar el monocapa (eventualmente con una red de fibra de vidrio o metálica en los puntos en los que se estime oportuno dotar de mayor homogeneidad al revestimiento).
El acabado se puede hacer maestreado y con diversos tipos de texturas. En todo caso, es preciso controlar las juntas de trabajo mediante el estudio de un troceo previo.
Granulite
La intervención en una fachada revestida con Granulite puede representar que los criterios, en función del estado del paramento, sean muy diversos.
A partir de una diagnosis esmerada, resultado de un correcto estudio de la fachada, la decisión puede guardar relación con los parámetros siguientes:
a. La fachada presenta pequeños ahuecados y algún desprendimiento; pequeños defectos localizados.
Es preciso valorar si el revestimiento mantiene una continuidad total a la fachada, o bien queda cortado en cada planta por un elemento de piedra artificial o cualquier otro recurso similar.
En este último caso se puede contemplar la posibilidad de rehacer paños enteros cortados por la junta de la misma fachada.
b. La fachada sufre importantes desprendimientos y/o ahuecados.
Es preciso valorar las siguientes posibilidades:
- Repicar y sanear las partes problemáticas, y rehacer el revestimiento con el mismo material. Una vez consolidada la reparación, se procede a una limpieza a fondo y se aplica a la totalidad del paramento un revestimiento continuo de gran elasticidad (normalmente con resinas acrílicas), por afinidad, que se fije adecuadamente sobre el soporte y absorba fisuras. En este tipo de intervención se solicita el asesoramiento del fabricante, para garantizar un resultado óptimo. Es preciso recordar la casi nula transpirabilidad del revestimiento original.
- 1. Valorar la posibilidad de arrancar todo el revestimiento y rehacerlo totalmente con el mismo tipo de material; ó
- 2. Rehacerlo con un mortero monocapa (económicamente conveniente y de calidad final).
En caso de utilizar otro material, decapar correctamente la superficie de la base para eliminar totalmente los restos anteriores, e impedir así posibles interacciones que afecten la adherencia o que manchen el nuevo material de aportación.
Pinturas sobre Paramentos de Fachada
El caso más habitual es la aplicación de una pintura sobre un soporte existente, es decir, ya estaba pintado, pero degradado. Sin embargo, conviene plantear la intervención, iniciarla con una limpieza y posteriormente decidir entre las siguientes opciones:
- Si la pintura existente o los restos de la limpieza están en mal estado, es conveniente proceder a una imprimación de fijación para asegurar que esta base sea estable para recibir la capa definitiva.
- Aplicar un decapante, si bien se ha de tener en cuenta que se puede filtrar en el soporte y como consecuencia perjudicar la nueva pintura de acabado.
- Fregar a fondo la superficie con medios mecánicos.
En cualquier caso, y una vez saneado el soporte, es necesario aplicar las capas superficiales convenientes, generalmente dos.
Pinturas sobre Elementos Metálicos
Planteamos la intervención según los siguientes grupos de materiales:
- Fundición o forja, la intervención es muy similar, es decir, proceder a una limpieza del elemento, fregándolo, y posteriormente contemplar las siguientes posibilidades:
Aplicar un esmalte inhibidor. Dar una capa antioxidante y un esmalte.
Sin embargo, y en general, las barandillas ejecutadas con estos materiales presentan un estado de conservación óptimo, a pesar del transcurso de los años.
- Para barandillas de tubo, merecen otra consideración, ya que habitualmente presentan un estado mucho más deteriorado, a pesar del relativo poco tiempo que hace que se utilizan. Las causas principales de esta poca durabilidad (en comparación con las fundición o de forja) es atribuible a:
a. Sección más reducida. Con poco basta para que se «pique» y quede afectado por la oxidación el grueso de material.
b. Las uniones que cierran los tubos acostumbran a ser débiles, y es por ese punto —por un simple poro— por donde el agua de lluvia puede penetrar. El problema es de difícil solución, ya que las picaduras van del interior hacia el exterior y, cuando son visibles, ya está todo el grosor afectado.
Los procesos de intervención también son similares a los mencionados: limpieza, fregado, eventual sellado, antioxidante y esmalte.
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