Ejecución de Pavimentos Rígidos con Adoquín Cerámico
De Construmatica
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En este apartado se detallan todas las fases de las que se compone la ejecución de pavimentos
rígidos con adoquín cerámico, que son:
- Preparación de la explanada.
- Extendido y compactación de la sub-base.
- Ejecución de la base.
- Extendido de la capa de mortero.
- Colocación de los adoquines cerámicos.
- Relleno de las juntas y limpieza.
Preparación de la explanada
Todo lo indicado en la preparación de la explanada para pavimentos flexibles es válido para este apartado.
Extendido y compactación de la sub-base
Todo lo indicado en el extendido y compactación de la sub-base para pavimentos flexibles es válido para este apartado.
Ejecución de la base
Como base del pavimento se utilizará una solera de hormigón en masa, cuya sección dependerá de las cargas previstas, pudiendo añadirse una armadura de reparto cuando se estime necesario. Es importante respetar las rasantes con el mínimo de tolerancias.
Se dejarán previstas juntas de dilatación en todo el perímetro siempre que las dimensiones de los lados sobrepasen los 5 m, la separación entre juntas de dilatación no superará esta misma distancia de 5 m, y se procurará que los paños resultantes sean de lados sensiblemente iguales; en zonas expuestas a fuertes variaciones de temperatura puede ser necesario reducir estas dimensiones a 4 m. Se procurará hacer coincidir las juntas del pavimento con las de la base.
También es necesario colocar juntas en los encuentros con elementos rígidos, como arquetas de registro, farolas, pilares y cualquier elemento anclado a la base.
Extendido de la capa de mortero
Sobre la solera de hormigón de la base se extenderá una capa de mortero de unos 3 cm. Se aconseja utilizar un mortero M-15 (con dosificaciones 1:3, o bien 1:1/4:3 si se quiere adicionar cal). El mortero se colocará con consistencia dura; en ocasiones se utilizan morteros de consistencia seca, completándose su hidratación por regado a medida que se van colocando las piezas. Esta última solución, sin embargo, no es apropiada por las dudas que puede ofrecer la correcta hidratación del mortero y, por tanto, la homogeneidad de su comportamiento.
Existen otros métodos para conseguir pavimentos semi-flexibles, en los que se utilizan bases de mortero pobre, con lo que pueden espaciarse a mayor distancia las juntas de dilatación, aunque no se aconseja su empleo, por los problemas que comportan, especialmente de limpieza. Básicamente consisten en colocar los adoquines sobre una capa de mortero pobre y seco; en estos casos se suele compactar y rasantear las piezas mediante mazos de goma, aunque también podrían utilizarse, siempre que se tenga la seguridad de que el mortero aún no ha empezado a fraguar, bandejas vibrantes con suela forrada de goma o rodillos de pequeño o mediano tamaño, en este caso, protegiendo las piezas de impactos directos interponiendo fieltros u otra lámina adecuada. Posteriormente se procede a la hidratación del mortero mediante riego abundante. Una vez seca la superficie, se procede al relleno de las juntas, para lo que se utiliza una mezcla de arena y cemento en seco, que se introduce por barrido con cepillos en las juntas, se retiran entonces los sobrantes y se procede a su riego, cuidando de no lavar la mezcla de las juntas.
Con este método los restos de cemento manchan la superficie del pavimento y la limpieza del mismo resulta difícil, puesto que la poca resistencia del material con que se rellena la llaga puede ocasionar su desprendimiento y arrastre en este proceso de limpieza. Por otra parte, es difícil conseguir una hidratación homogénea del mortero, lo que puede traducirse en comportamientos variables del pavimento entre unas zonas y otras.
Colocación de los adoquines cerámicos
Una vez extendida la capa de mortero se procederá a la colocación de los adoquines cerámicos, sin olvidar la necesidad de ejecutar juntas de dilatación, en todo el espesor del adoquinado, cada 5 x 5 m como mínimo.
Antes de introducir el material elástico en la junta de dilatación y proceder al sellado de la misma, se deben tener en cuenta las siguientes precauciones:
- La cavidad de la junta debe estar limpia y libre de mortero. - El espesor de la junta debe ser constante (aprox. 20 mm). - Antes de proceder al sellado de la junta, el pavimento estará seco.
Es recomendable que antes de la aplicación del sellante se proteja el acabado superficial del pavimento, para evitar que se manche. El acabado del sellado debe ser cóncavo, debiendo seguir las instrucciones del fabricante en su aplicación.
Los adoquines cerámicos a emplear no tendrán picos espaciadores o separadores, pues éstos sólo servirían para crear una discontinuidad en la junta de mortero, además por estética favorecería que fueran de cantos sin biselar. Por tanto, los adoquines cerámicos estarán separados sólo por una junta de mortero de entre 6 y 10 mm nominales. En algunas ocasiones se emplean juntas rellenas de arena con lo que se puede reducir la separación incluso a 5 mm nominales.
Se recomienda mezclar adoquines de varios paquetes a la vez, tomándolos en tandas verticales, para igualar las ligeras diferencias de calibre o tono que pudieran aparecer. Un buen replanteo previo, teniendo en cuenta las auténticas dimensiones de adoquines y llagas, es fundamental para evitar cortes de piezas no deseados y para marcar ejes y referencias de nivel que servirán de guía al colocador.
Para el asiento de los adoquines cerámicos sobre la capa de mortero se emplearán mazos de goma y reglas metálicas o de madera con las que se irán igualando las piezas de cada paño.
Relleno de las juntas y limpieza
Una vez colocados los adoquines cerámicos correctamente alineados y nivelados, se procederá a completar el relleno de las juntas, para lo que se utilizará un mortero de igual dosificación que el de asiento pero con consistencia blanda o fluida, en este último caso pueden utilizarse recipientes con embocadura tipo jarra, lo que permitirá menor ensuciamiento de los adoquines.
Se procurará manchar lo menos posible el adoquín cerámico durante la tarea de rejuntado, limpiando en lo posible las manchas a medida que se ejecuta el relleno, mediante trapos o estropajos limpios y sin extender el mortero por la cara de la pieza.
A pesar de que se sigan estos consejos, es previsible que queden restos de mortero sobre la superficie de la cerámica, por lo que se procederá posteriormente a una limpieza del pavimento, una vez endurecido suficientemente el mortero de las llagas para evitar su desprendimiento.
Para limpiar los restos de mortero fraguado se procederá de la siguiente forma:
1) Se regará con agua limpia la superficie a tratar, lo que disminuirá la succión de la llaga de mortero.
2) Utilizando una mezcla de una parte de ácido clorhídrico comercial (agua fuerte) y diez partes de agua, se limpiará el pavimento, bien proyectándolo a presión (método más rápido y que aporta resultados más homogéneos) o bien frotando con cepillos de raíces.
3) A continuación, se volverá a regar abundantemente con agua limpia para arrastrar la suciedad y los residuos de ácido.
Completada la limpieza y una vez alcanzadas las resistencias mínimas del mortero, el pavimento estará listo para ser utilizado.
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