Dos Opciones. Políticas de Desarrollo Energético Rural
De Construmatica
Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Ingenieros Sin Fronteras en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido está disponible en el sitio web de Ingeniería Sin Fronteras
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Cuando nos referimos a la electricidad para las zonas rurales, las opciones son dos:
- La red y
- Los pequeños sistemas descentralizados.
Para los sectores peri-urbanos y las comunidades rurales más cercanas a la red, generalmente ésta es la opción más adecuada.
Sin embargo, para las comunidades alejadas, las preferencias casi siempre se orientan hacia los pequeños sistemas descentralizados, microcentrales hidroeléctricas, generadores eólicos pequeños, energía solar y otros (incluyendo pequeños sistemas diesel).
Para estas comunidades, la red es una opción cada vez menos viable, debido a su alto costo de implementación y de operación, pues, a medida que la comunidad se aleja de los grandes centros urbanos y/o de las rutas de transmisión, la extensión de la red se hace más costosa, hasta la inviabilidad.
Por ejemplo, estudios de factibilidad, realizados por el Banco Mundial en Brasil, a comienzos de esta década, demuestran que la conexión a la red costaría hasta 6.500 dólares para distancias de 10 a 20km, con redes de 4 polos, y más para mayores distancias (World Bank, 2005).
Por estas razones, los sistemas descentralizados, principalmente los que se basan en energías renovables, son la propuesta más aceptada para la electrificación rural en los países empobrecidos.
En cuanto a la energía para la cocción de alimentos, durante los últimos años se habla con insistencia del acceso de los pobres a las energías modernas (queroseno, gas y electricidad), como alternativas para esta demanda.
Las razones que se exponen son socioeconómicas, ambientales y de salud. Esta última, la de la salud, es la más esgrimida, sobre todo porque durante los últimos años se están difundiendo estadísticas sobre los daños causados a la salud por la polución de los hogares, debido al empleo de la biomasa como combustible. También porque, si bien es cierto que la leña es una alternativa sin costo para las familias rurales, debe tenerse en cuenta que el trabajo y las dificultades para obtenerla son cada vez mayores.
Es importante destacar que para las familias más pobres y aisladas resulta difícil, si no imposible, acceder al queroseno y al gas de forma segura y permanente. Las razones más importantes son los altos precios al final de las cadenas de distribución de estos productos, así como la inseguridad del suministro, precisamente por su grado de aislamiento.
Por tales razones, para comunidades aisladas, la opción más adecuada en el presente y en el futuro más inmediato, es el uso de la biomasa local. Como consecuencia de ello, quizás lo más conveniente sea utilizar los recursos de la biomasa en una forma más eficiente, y aprender a manejarlos de forma sostenible.
Aún así, durante esta última década se viene promoviendo con éxito el biogás en muchos casos puntuales, como Nepal (http://www.aepsnepal.org/gen/bio.php).
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