La Declaración Europea por una Nueva Cultura del Agua
De Construmatica
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Nota: Este artículo ha sido creado gracias a la Ingenieros Sin Fronteras en el marco del Programa de Afiliados de la Construpedia. El contenido está disponible en el sitio web de Ingeniería Sin Fronteras
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Firmada en Madrid en 2005 por cien científicos de diversos países de la Unión Europea, propone un orden claro de prioridades, derechos y criterios de gestión del agua, desde un punto de vista ético, a saber:
Primer Nivel de Prioridad
Agua para la vida.
El agua en sus funciones básicas de supervivencia tanto para los seres humanos, como de los demás seres vivos, implica valores esenciales de vida que deben ser garantizados a todas las personas y comunidades, incluyendo las generaciones futuras.
En consecuencia, los derechos derivados de estas funciones deben entrar de lleno en el rango de los derechos humanos, asignándoles un nivel de prioridad máximo para garantizarlos bajo la responsabilidad de gobiernos e instituciones internacionales.
Según se señala en la citada declaración europea, La escasez de agua es presentada a menudo como el problema más grave del siglo XXI. Sin embargo, el problema no es propiamente de escasez en términos de cantidad sino de calidad. Asistimos a las trágicas consecuencias de una de las crisis ecológicas más graves jamás conocidas por el ser humano.
La crisis ecológica de los ecosistemas acuáticos continentales.
Segundo Nivel de Prioridad
Agua para actividades de interés general.
Determinados usos del agua generan bienes y servicios cuya proyección social para el conjunto de la comunidad justifica su consideración como de interés general. Los servicios urbanos de aguas representan, sin duda, el caso más significativo.
Asimismo, existen actividades económicas que pueden entenderse como de interés general para el conjunto de la sociedad. Desde la captación, potabilización y distribución, a través de las redes urbanas, hasta la recogida de retornos en las redes de alcantarillado y su depuración previa al vertido, el ciclo urbano del agua constituye uno de los servicios básicos que vertebra la vida de las comunidades urbanas en el mundo. Su desarrollo ha supuesto esfuerzos colectivos ingentes que permiten disponer de servicios públicos cuyo valor de cohesión social va más allá del bienestar generado en cada hogar.
Los servicios de abastecimiento y saneamiento incluyen derechos sociales de salud y bienestar colectivos de los que deberían beneficiarse todas las personas, más allá del nivel económico de cada cual.
En su base, un buen servicio urbano de aguas debe garantizar el acceso a 50 ó 60 litros por persona y día de aguas de calidad, que deben considerarse como un derecho humano. Sin embargo, disponer de un suministro prácticamente ilimitado durante 24 horas al día para múltiples usos, con frecuencia suntuarios, no es un derecho humano, sino en todo caso un derecho social al disfrute de determinados servicios en nuestras ciudades y pueblos, que es preciso administrar de forma eficiente y razonable.
Hoy, la subvención indiscriminada de estos servicios, la falta de información, el debilitamiento político y financiero de la función pública y la degradada cultura de lo colectivo suelen propiciar modelos de gestión ineficientes, presididos por un elevado grado de irresponsabilidad individual y colectiva.
Tercer Nivel de Prioridad
Agua para el crecimiento económico.
Son los usos del agua en actividades económicas de interés particular, legítimas, ligadas a actividades productivas e intereses privados. Suponen más del 50% del agua detraída de ríos y acuíferos.
Uno de los retos que se deben afrontar es la racionalización económica de la gestión del agua en estos usos, promoviendo la responsabilidad de los usuarios y la eficiencia del uso.
No debemos olvidar que el agua es un bien escaso y que los poderes públicos deben velar por la gestión de los ecosistemas hídricos basada en compromisos éticos de sostenibilidad y equidad social.