Disparatada Carrera Tecnológica. Fotografía Actual y Retos Futuros

De Construmatica


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Las críticas de los últimos años han estado centradas en la desproporción de esfuerzos por desarrollar los diferentes componentes definidos en el artículo Los Cuatro Pasos de los SAT. Fotografía Actual y Retos Futuros.

Los componentes 3 +1 tienen dos características cuando los enumeramos de forma conjunta:

  1. Están en orden cronológico y
  2. Van de más tecnológicos a más políticos.

Siguiendo esta lógica, Philip H. Hall dice respecto a los sistemas de alerta temprana que el sistema internacional ha cambiado de un enfoque de gestión de emergencias a otro tecnológico científico (HALL, 2006). En el citado artículo hace una radiografía exacta y actualizada de la evolución del desarrollo de los SAT y, lo que es mas paradigmático, recuerda que los esfuerzos financieros se han centrando hasta la fecha en las fases más tempranas y técnicas.

La solución tecnológica tiene más adeptos porque produce el falso efecto de que podemos controlar y anticiparnos a los avatares de la naturaleza y nos ofrece unos resultados aparentemente alcanzables.

Pero los SAT sólo pueden funcionar si cumplen toda la cadena para la que están ideados:

  • Alertar con suficiente antelación de un evento,
  • Tomar las decisiones oportunas sobre la base de un análisis acertado,
  • Conseguir que la alerta llegue a todos los rincones donde se tiene que actuar y
  • Ejecutar las acciones concretas que salvan vidas.

Un ejemplo claro de disparatada carrera tecnológica ocurrió en el 2005.

La Conferencia Mundial para la Reducción de Desastres, auspiciada por NN UU en enero de 2005 en Kobe (Japón), estuvo inevitablemente marcada por el drama del tsunami que se había producido en el océano Indico sólo unas semanas antes. El mayor compromiso de aquella conferencia por parte de los gobiernos ricos del mundo fue la decisión de crear un sistema de balizas anti-tsunami, copiando la tecnología de alerta temprana que tiene Japón para este tipo de eventos. Además de que fue un compromiso vacío (dos años después el sistema aún no funciona), nadie pensó cómo gestionarían después países pobres y en conflicto como Sri Lanka un potencial aviso de que una ola gigante estaba llegando a sus costas en 5 o 6 horas (OCHARAN, 2005). El compromiso financiero llegaba al sistema de aviso, pero nadie pensó, o quiso financiar, todo lo que viene después de sonar la alarma.

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